Aquí el descubrimiento del yo es el objetivo. ¿Qué es lo que nos hace ser nosotros mismos? Si la canción nos pide que nos tomemos un momento, también lo hace nuestro sofá. Si la canción nos pide que tengamos fe, también lo hace nuestro sofá. Los reposabrazos de doble tamaño, las dos alturas diferentes del respaldo e incluso el pie en forma de media luna son hipnóticos; pero es en el cinturón acolchado que rodea el sofá el que nos pide que abracemos algo. Sea lo que sea, al fin y al cabo se trata del individuo.
Incluso si su sonido que apaga el alma no fuera suficiente para reflejar la angustia adolescente interior que todos experimentamos, la línea de fondo percusiva y la obra maestra de cuatro acordes hipnóticos de The Cure se ajustan perfectamente a lo que es este sofá.
Al igual que las delicadas notas del teclado que se escuchan en todo momento, es en el impecable diseño donde nos acercamos a lo que somos.